(5/10/15) Empezó ayer con la Misa presidida por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema “ La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporaneo”.
“El amor duradero, fiel, recto, estable, fértil es cada vez más objeto de burla y considerado como algo anticuado – ha observado el Papa durante su homilía- Parece que las sociedades más avanzadas son precisamente las que tienen el porcentaje más bajo de tasa de natalidad y más alto de abortos, de divorcios, de suicidios y de contaminación ambiental y social.”
No obstante Francisco ha recordado que “nada hace más feliz al hombre que un corazón que se asemeje a él, que le corresponda, que lo ame y que acabe con la soledad y el sentirse solo”, porque “Dios no ha creado al ser humano para vivir en la tristeza o para estar solo, sino para la felicidad, para compartir su camino con otra persona que es su complemento; para vivir la extraordinaria experiencia del amor: es decir amar y ser amado; y para ver su amor fecundo en los hijos”.
“Este es el sueño de Dios para su criatura predilecta – ha dicho el Papa – ver la felicidad realizada en la unión de amor entre hombre y mujer; feliz en el camino común, fecunda en la donación recíproca.”
En su homilía, Francisco ha citado dos veces al Papa Benedicto XVI: el libro publicado en el 1989 Auf Christus schauen. Einübung in Glaube, Hoffnung, Liebe, y la encíclica Caritas in veritate, en la que Benedicto afirma: “Sin verdad, la caridad cae en mero sentimentalismo. El amor se convierte en un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente. Este es el riesgo fatal del amor en una cultura sin verdad”.
Lee la homilía del Papa Francisco en el sitio web www.vatican.va