Ciudad del Vaticano, 1 de diciembre de 2023 – “Un legado vivo, para continuar dando frutos en el camino de la Iglesia de nuestro tiempo, mirando no hacia atrás, sino hacia adelante”, ha sido el corazón del discurso que el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin ha pronunciado con ocasión de la ceremonia de entrega del Premio Ratzinger, casi un año después de la muerte de Benedicto XVI, la primera vez que el Premio se concede tras su fallecimiento.
La ceremonia de entrega ha tenido lugar en la tarde de ayer, 30 de noviembre, en la Sala Regia del Palacio Apostólico, en el Vaticano. Pero ya por la mañana, en las Grutas Vaticanas, el padre Federico Lombardi, presidente de la Fundación Ratzinger, había presidido una Misa en profunda unión espiritual con Benedicto XVI, pidiendo al Señor que le recompense por su servicio, pero también que su legado espiritual y cultural siga dando frutos preciosos para la Iglesia y para el bien de la humanidad.
Introduciendo la ceremonia, tras haber recordado las diversas actividades que promueve la Fundación, también en colaboración con varias universidades de todo el mundo, el padre Lombardi ha recordado que “Joseph Ratzinger nunca tuvo la intención de construir un propio sistema de pensamiento o constituir una propia escuela, pero nos enseñó a buscar y encontrar la verdad con la fuerza de la razón y la luz de la fe, conservando siempre la razón ‘abierta‘, en el diálogo entre las personas, las disciplinas y las grandes tradiciones religiosas. Pensamos que nuestra Fundación, que lleva su nombre, también debe moverse con este espíritu, no solo para estudiar su vida y su pensamiento, mirando al pasado, sino también para hacer una contribución, aunque sea pequeña, para continuar su camino, dirigiendo la mirada hacia el hoy y hacia el futuro”.
A continuación, los cardenales Luis Francisco Ladaria y Gianfranco Ravasi, miembros del Comité Científico de la Fundación, han presentado los perfiles de los dos ganadores de la edición 2023, el rev. Prof. Pablo Blanco Sarto y el Prof. Francesc Torralba, quienes también han tenido la oportunidad de dirigir un discurso a los presentes.
Pablo Blanco Sarto nació el 12 de julio de 1964 en Zaragoza (España). Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Navarra. Terminó sus estudios de Teología en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma, iniciando luego la licenciatura y el doctorado en Filosofía, sobre el pensamiento de Luigi Pareyson (1918-1991). Fue ordenado sacerdote el 21 de septiembre de 1997. En 2005 concluyó el Doctorado en Teología Dogmática en la Universidad de Navarra, con un estudio sobre la teología fundamental y de las religiones de Joseph Ratzinger. Actualmente es profesor titular de la Universidad de Navarra en las áreas de ecumenismo, teología sacramental y ministerio. Colabora con el Institut Papst Benedikt XVI de Ratisbona (Alemania), con numerosas instituciones académicas españolas y latinoamericanas y con diversas casas editoriales y revistas teológicas y pastorales. Forma parte del comité de redacción de la Opera omnia de Joseph Ratzinger en español, en la BAC. Es autor de numerosos estudios y libros sobre la vida, el pensamiento y la obra de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI.
Francesc Torralba Roselló es filósofo y teólogo. Nació en Barcelona el 15 de mayo de 1967, está casado y es padre de 5 hijos. Ha obtenido los doctorados en Filosofía en la Universidad de Barcelona (1992), en Teología en la Facultad de Teología de Cataluña (1997), en Pedagogía en la Universidad Ramon Llull (2018), en Historia, Arqueología y Artes Cristianas, en el Ateneu Universitari Sant Pacià, Facultad Antoni Gaudí (2022). Actualmente es profesor acreditado de la Universidad Ramon Llull y realiza cursos y seminarios en otras universidades de España y América. Alterna su actividad docente con el compromiso que dedica a escribir y divulgar su pensamiento, orientado hacia la antropología filosófica y la ética. Autor prolífico, ha publicado más de 1.800 artículos y más de 100 libros.
En su intervención, el cardenal Parolin ha evidenciado que “a diferencia de los pontificados de su predecesor y de su sucesor, el pontificado de Benedicto XVI no se presenta como un tiempo de excepcional dinamismo en la escena política internacional y global, sino más bien como un magisterio caracterizado por la conciencia y la lectura profunda de las realidades culturales y espirituales del mundo al comienzo de este milenio”. Además, Benedicto XVI, “enriqueciendo su servicio de Pastor Supremo con la reflexión de toda su vida precedente, ayudó a comprender las razones profundas de los problemas y a encontrar fundamentos sólidos sobre los cuales sustentar la búsqueda de las soluciones”. Y también recordó “la necesidad de la contribución armoniosa de la fe y la razón para buscar y encontrar el camino de la verdad, del sentido de la existencia humana y de su dignidad, para distinguir el bien del mal para la salvación de la persona y de la comunidad humana, y para basar el derecho y la justicia, la convivencia en paz”, ha recordado el secretario de Estado.
En la mañana de ayer, los dos premiados, acompañados por el padre Lombardi, también han sido recibidos en audiencia por el Papa Francisco. Durante el encuentro, el padre Lombardi le ha confirmado una vez más cómo el Premio y todo el compromiso de la Fundación se integran coherentemente en el camino de la Iglesia guiada por él hoy, poniendo siempre de relieve la continuidad viva del servicio de los supremos pastores de la Iglesia de nuestro tiempo, en particular en la profundización y la aplicación del Concilio Vaticano II en el contexto del mundo contemporáneo.
Además de los miembros del Comité Científico de la Fundación, los cardenales Luis Francisco Ladaria y Gianfranco Ravasi y el arzobispo Rino Fisichella, estaban presentes en la ceremonia, entre otros, el decano del Colegio Cardenalicio Giovanni Battista Re, los cardenales Baldisseri, de Mendonça, Kasper, Marchetto, Müller, Ouellet, Tscherrig, You Heung-sik, el arzobispo Pozzo y los obispos De Nicolò y Staglianò.
Con la edición de 2023, los ganadores del Premio son 28 en total.
Las personalidades premiadas hasta el momento han sido principalmente estudiosos de Teología dogmática o fundamental, Sagrada Escritura, Patrología y Filosofía, y eminentes artistas de los campos de la música y la arquitectura.
Confirmando un horizonte cultural mundial, las personalidades que han sido galardonadas con el Premio son de 16 países diferentes: Alemania (7), Francia (4), España (3), Italia (2), Australia, Brasil, Burkina Faso, Canadá, Estonia, Grecia, Inglaterra, Líbano, Polonia, Estados Unidos, Sudáfrica y Suiza.
Los ganadores del Premio no son solo católicos, sino también pertenecientes a otras confesiones cristianas: un anglicano, un luterano y dos ortodoxos, además de uno de religión judía.
El día anterior, el 29 de noviembre, en el Aula magna de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, tuvo lugar el Congreso “Benedict XVI’s Legacy: Unfinished Debates on Faith, Culture and Politics”, primera etapa de un proyecto promovido por la Gregoriana, el de Nicola Center for Ethics & Culture (Universidad de Notre Dame, Indiana), la Fundación Ratzinger y el Instituto Benedicto XVI de Ratisbona, que continuará en Estados Unidos (Universidad de Notre Dame, Indiana) en la primavera de 2024. La intención es crear un diálogo intergeneracional sobre los grandes temas de la sociedad contemporánea relacionados con la fe, la cultura y la política. El pensamiento de Benedicto XVI puede entenderse como un patrimonio que debe entregarse a las nuevas generaciones de pensadores. Y esto a partir de la confrontación entre estudiosos de renombre internacional sobre algunos de sus grandes discursos, como los pronunciados en Nueva York, Londres y Berlín, que tocan aspectos políticos cruciales: el fundamento de los derechos humanos, la tradición liberal-democrática, el fundamento de la justicia y el debate sobre la ley natural. Y también los discursos de Ratisbona, Roma y París, que se refieren al ámbito académico-cultural: la relación entre fe y razón, la contribución del cristianismo a la cultura, la autonomía de la ciencia y su relación con la fe.