PADRE HORN, SU VIDA JUNTO A RATZINGER

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El cardenal Ratzinger junto a padre Horn en Steinfeld en los primeros años Noventa, durante un encuentro del Schülerkreis

Ciudad del Vaticano, 20 de Diciembre de 2014. Hay encuentros que cambian la vida. Y eso ha pasado con el Padre Stephan Otto Horn, religioso salvatoriano, que en 1970 conoció al profesor Joseph Ratzinger, antes que fuera “padre de una familia teológica y espiritual”.

Stephan Otto Horn fue estudiante y asistente del profesor Ratzinger en Ratisbona y hoy se dedica a guardar la obra y el pensamiento del Papa emérito a través de las instituciones que tienen su nombre. Él ha definido el encuentro y su entrada en el Círculo de los Estudiantes como “ una de las gracias más grandes que he recibido en toda mi vida”.

En esta entrevista – que ofrecemos a nuestros lectores en Navidad – el Padre Horn, profesor emérito de Teologia fundamental, recuerda los años de Universidad, el origen del Schülerkreis, y habla sobre la herencia teológica de Benedicto XVI.

¿Padre Horn, cómo ha conocido al Profesor Ratzinger?

Estudié en Passau, una preciosa ciudad cerca de la frontera con Austria, donde estudiaban los salvatorianos, congregación de la que formo parte. Mi profesor de Teología dogmática pensaba que io pudiera ser su sucesor...Cuando me fui a Ratisbona para ver el Prof.Ratzinger por primera vez, él no sabía que hubiera sido doctorando de Michael Schmaus, que había objetado su capacitación docente. En aquel momento el joven Ratzinger vivió un periodo de crisis, porque siempre había deseado llegar a ser profesor. Pero después tuvo éxito y restableció su relación con Schmaus. Cuando vi a Ratzinger, yo no sabía todas estas cosas, aparecí y hablamos de mi tesis.

¿Qué año era?

Era el principio de 1970. Ratzinger había llegado a Ratisbona en el otoño de 1969. Él me aceptó sin problemas y muy bién, aunque viniera de otra teología. Y lo mismo pasó con los otros 25 estudiantes que querían hacer la tesis con él. Nos veíamos cada dos o tres semanas en el seminario y nos parecía que él fuera el símbolo de la teología y de la espiritualidad. Nuestro encuentro empezaba con la Misa: el maestro o uno de nosostros hacía la homilía. Después discutíamos todos juntos. Cuando hacíamos propuestas, Ratzinger no contestaba enseguida. Luego lograba resumir nuestros discursos mejor que nosotros y añadía sus reflexiones. Discutíamos siempre con libertad. Quería sólo buscar la verdad, con mucha sencillez. Siempre fue muy tímido, pero no mostraba su timidez.

¿Cuál es el tema de su tesis?

El tema de mi tesis para la capacitación docente en la universidad era León El Grande y el Concilio de Calcedonia, desde el punto de vista eclesiológico, para investigar la relación entre el sucesor de Pedro y el Concilio. Trataba de un hecho histórico, pero también de la relación entre Roma y Constantinopla, entre Roma y el Oeste de la Iglesia, y por eso de un tema ecuménico. El Concilio de Calcedonia muestra que lo que dice el sucesor de Pedro está de acuerdo con lo que los obispos del Concilio pueden hacer. Un tema histórico, pero también útil para el diálogo entre la Iglesia Católica y la ortodoxia.

¿Y después de su capacitación docente?

Dos años después de nuestro primer encuentro, el Profesor Ratzinger me llamó para que fuera su asistente. Trabajé con él desde 1972 hasta 1977, cuando él regresó a Múnich como arzobispo. Me quedé allí durante un breve periodo y él venía para trabajar con sus últimos doctorandos. Luego empezaron los encuentros anuales del Schülerkreis, el Círculo de los estudiantes.

¿Fue entonces que nació el Schülerkreis?

No, nació después, en 1981, en el periodo de la fin de su ministerio de cardenal arzobispo de Múnich. En realidad es dificil encontrar una fecha, pero nació después de los encuentros con los doctorandos. Al principio de 1978, unos meses después de su ordinación episcopal y que fuera ordenado cardenal, nos vimos todos, no sólo los doctorandos de Ratisbona, sino los de Bonn, de Münster y de Tubinga. Aquella fue la primera vez, unos años después empezamos a vernos sistemáticamente. Ratzinger organizaba encuentros con otros profesores y teólogos como Hans Urs von Balthasar, Karl Barth y otros. Al final de cada año académico había un encuentro en un lugar diferente, con debates con un gran teólogo, profesores protestantes, filósofos. Luego nacieron nuevos simposios con Ratzinger, en los que siempre participaba un profesor. En estos simposios estudiábamos, rezábamos y discutíamos cada vez sobre un tema diferente.

¿Cuántos doctorandos estaban en 1978?

En Ratisbona estaban 25 entre doctorandos y estudiantes para la capacitación. Cuando el Schülerkreis nació nosotros eramos más que 50. 

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27 de febrero de 1977, monasterio de Weltenburg ( Baviera): el Profesor Ratzinger junto a Karl Rahner, el abad y los doctorandos de Ratisbona (archivo del Institut Papst Benedikt de Ratisbona)

¿Cuáles son los fundamentos de la teología de Ratzinger?

Nosotros siempre hemos pensado que Ratzinger fuera un teólogo dogmático y un profesor de Teología fundamental y al mismo tiempo un exégeta, que estudió y reflejó mucho sobre la Palabra de Dios, el Antiguo y el Nuevo Testamento. Ha sido el ejemplo de un teólogo que siguió el Concilio Vaticano II, que afirma que la Sagrada Escritura es el fundamento y el alma de toda la teología. La teología se funda sobre la Sagrada Escritura, pero también la Sagrada Escritura es interpretada por el centro de la fe de la Iglesia. No es una exégesis aislada de la Iglesia, vive en la Iglesia y es interpretada en ella. Según Ratzinger, los primeros teólogos son los santos, que no estudian la Palabra de Dios, pero la viven con todo su corazón y su vida. Son ellos los primeros exégetas y por eso los teólogos tienen que conocer el tema de los santos. La teología tiene que estar siempre cerca de una verdadera espiritualidad.

¿Hay pensadores que influjeron en el desarrollo de la teología de Ratzinger?

Algunos de sus importantes pensamientos proceden de San Agustín, que fue también el tema de su primera tesis, y desarrollan también una teología eucarística: el centro de la Iglesia es la eucaristía, es Cristo que nos acerca a él cuando se dona a nosotros, y estamos todos unidos en Cristo. Entonces la Iglesia no es sólo pueblo de Dios, es pueblo de Dios como cuerpo de Cristo, porque estamos unidos en Cristo. Cristo es el centro de la Iglesia, nos transforma en él y así la Iglesia se desarrolla en la eucaristía. Entonces la eucaristía es el centro de la Iglesia –es el pensamiento más importante – y por eso dialoga con los teólogos ortodoxos que tienen una eclesiología eucarística. Según ellos cada Iglesia es completa en sí misma, mientras que Ratzinger piensa que la eucaristía celebrada en la Iglesia local representa verdaderamente a la Iglesia cuando la Iglesia local está unida a la Iglesia universal. Es una diferencia muy grande y nosotros intentamos establecer relaciones entre la Iglesia Católica y ortodoxa a través de una extensa teología eucarística.

Otro importante pensamiento procede de Buenaventura: la revelación no representa sólo un conjunto de verdades que se transmiten en el tiempo, sino la revelación de Dios a nosotros, entonces un asunto entre Dios y el hombre. Dios habla con nosotros, nosotros recibimos la revelación y ésta termina sólo en la fe: la revelación está en el corazón que se abre a Dios, que se revela al hombre. Entoces se trata de un diálogo. Schmaus afirmaba que este pensamiento significa subjetivismo: cuando Dios se reveló al hombre, cada uno ha entendido la revelación en su manera y eso constituye una gran dificultad. Según Ratzinger esta revelación no está dirigida sólo a una persona, sino al pueblo de Dios, a la Iglesia, que es el sujeto de la revelación y entonces se puede excluir el subjetivismo.

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¿Padre Horn, durante su vida hay un antes y un después de Ratzinger?

Cuando yo era un joven estudiante, quería entender la teología y tuve un gran profesor, Alois Winkllhofer, que antes que empezara, nos abrió la ruta hacia el Concilio. Según yo, El Concilio Vaticano II no representa una ruptura, sino una evolución. Y además con Ratzinger llegaba un nuevo desarrollo. Con él todo ha sido muy intenso, porque compartíamos el amor por la Iglesia y una amistad profunda entre nosotros. Una experiencia de vida, sin la que nunca hubiera podido ser profesor: representó la verdadera satisfacción de ser teólogo. En 1977 regresé a mi casa, con los Salvatorianos, y durante seis meses trabajé como profesor en Passau. Luego, en 1981, me fui a Augusta, y trabajé como profesor de teología dogmática y en 1986 de nuevo en Passau, como profesor de Teología fundamental.

Hoy Usted es profesor emérito de Teología fundamental...

Sí, desde 1999, me estoy poniendo viejo...

Pero así ha podido llevar a cabo su compromiso en las diferentes realidades para la difusión de la obra y del pensamiento del teólogo Ratzinger. ¿Puede darnos unos ejemplos, junto a las otras iniciativas?

Querría hablar primero de los encuentros del Schülerkreis. El profesor Siegfried Wiedenhofer y yo, últimos asistentes de Ratzinger, preparamos los primeros encuentros del Schülerkreis, cada año en un sitio diferente, en Baviera o en otros sitios de Alemania. Luego empezamos a vernos cerca de Ratisbona en el periodo de las vacaciones de Ratzinger, al final de agosto o al principio de septiembre y Ratzinger llegaba al Simposio desde su casa de Pentling. Cuando fue elegido Papa, nos invitó una vez en Castel Gandolfo. Pero nosotros queríamos encontrarnos todos los años, como era antes.

¿Y estáis siguiendo con los encuentros?

Sí, porque nos encontramos en Castel Gandolfo y en Vaticano, no sólo para la Santa Misa, sino también en un momento personal: cada uno de nosostros puede saludarlo y hablar con él. Esto significa una gran satisfacción, para nosotros y para el Papa, porque se siente como el padre de una familia teológica y espiritual.

¿Cuántos sois hoy en el Círculo?

Algunos fallecieron, otros están enfermos o son demasiado ancianos y no pueden intervenir. Los que tenemos la posibilidad de participar somos más o menos 30-35, pero a veces algunos faltan.

Hablamos otra vez de los institutos que difunden la teología y la espiritualidad del teólogo Ratzinger.

Ya antes de su elección queríamos que su teología quedara viva y pensamos en establecer una Fundación. En 2007 nació en Múnich la Fundación Joseph Ratzinger- Papst Benedikt XVI.-Stiftung, en 2008 fundamos otro Círculo de los estudiantes, que tiene el nombre de Nuevo Schülerkreis. Tienen un nombre similar, y por eso forman parte de la misma familia, aunque no sean ex estudiantes. Ellos se encontraban también en Castel Gandolfo, pero cuando el Papa Ratzinger estaba con nosotros para discutir de teología, quería que su familia teológica estuviera sola con él y que los otros se entretuvieran con debates diferentes. Pero ahora, después de las dimisiones del Santo Padre, cada grupo se reúne en momentos diferentes. Compartimos las experiencias teológicas, espirituales y pastorales y el domingo encontramos al Papa para la eucaristía.

¿Cuál es el tema de este año?

Normalmente el Schülerkreis, durante el encuentro en Castel Gandolfo, propone tres temas y los nombres de unos expertos para el año siguiente. Al final del encuentro yo veo al Santo Padre para proponer estos temas. Al final de Noviembre el Papa emérito Benedicto ha elegido el tema “Como hablar de Dios, hoy” e invitó al profesor Tomás Halík, sacerdote checo, un hombre especial, con muchas experiencias del mundo moderno.

¿Cuáles son las actividades de los institutos?

El cardenal Ratzinger siempre ha deseado que todos estos institutos que trabajan con su teología y espiritualidad no vivieran aislados y que actuaran unidos. Nuestra fundación, la Fundación de Múnich en Baviera, trabaja con el Institut Papst Benedikt XVI de Ratisbona, que se dedica a la publicación de su Opera omnia y cada año organiza un Simposio sobre el libro recién publicado. Trabajamos con ellos, unos estudiantes de nuestro grupo se han integrado en este instituto y el nuevo obispo de Ratisbona pertenece a nuestra Fundación. Yo formo parte del Consejo de Administración de la Fundación Vaticana porqué hablo italiano y represento la Stiftung, junto a otro colega. Trabajamos también con la Fundación de la ciudad donde el Santo Padre nació, Marktl am Inn, nombrada Stiftung Geburtshaus Joseph Ratzinger, que cada año ha organizado un Simposio, al que hemos participado.

¿Qué relación hay con la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI?

Somos deudores con la Fundación Vaticana, especialmente porque nos ha ayudado mucho en la organización de los dos simposios en África, sobre “Jesús de Nazaret”. Los dos encuentros tuvieron un gran éxito. El primero tuvo lugar en Benín, en el septiembre de 2013, en francés. Fue un gran evento, durante el Año de la fe. Este año fuimos a Morogoro, en Marzo, en una universidad fundada por mi Congregación para los religiosos que no podían estudiar en los seminarios, porque éstos estaban llenos. El segundo simposio fue organizado en inglés con alrededor de 500 participantes y, entre ellos, 5 obispos y muchos religiosos y monjas. En África no hay muchas posibilidades de leer algo sobre Ratzinger porque los libros no son baratos...Ofrecimos una introducción a su teología para la grande obra del “Jesús de Nazaret” y la acogieron con mucha felicidad y entusiasmo, porque no habían conocido la teología de Ratzinger y su gran riqueza espiritual. Queremos comprometirnos y trabajar más con este tema y preparar, si es posible, un Simposio en Berlín sobre grandes temas sociales y políticos y sobre los importantes discursos del Santo Padre en Ratisbona, Berlín, París, Londres y otras ciudades. Esto es un gran desafío, que queremos organizar para el próximo año.

Ustéd hizo recientemente 80 años...

Fue una gran sorpresa. Al final de la Conferencia de este año, después de la eucaristía con el Santo Padre me entregaron un libro, yo no lo sabía. Un libro realizado por el Nuevo Schülerkreis junto a otros, como el cardenal Koch y el cardenal Schönborn, que escribió la introducción. Su nombre es “Dienst und Einheit” (Servicio y Unidad) y recoje los estudios sobre la primacía de Pedro, desde el punto de vista ecuménico. El tema del volumen, que fue editado por Michaela C. Hastetter e Christoph Ohly, portavoces del Nuevo Schülerkreis, trata del estudio de la teología del ministerio petrino desarrollada por Joseph Ratzinger.

Después de su vida dedicada a la teología y a la oración, ¿qué ha entendido de la vida y de la fe? ¿Qué mensaje quiere dejar a los jóvenes y a todos los hombres? 

Cuando era un joven teólogo fué útil y necesario encontrar un profesor que fuera mi guía personal. Un joven teólogo tiene muchas preguntas y hablar con hombres y teólogos que representan buenos ejemplos me hizo mucho beneficio. Además, para los estudiantes de Ratzinger, fue muy importante encontrar amigos que discutían sobre la teología y que tenían una experiencia de vida común y espiritual. Hoy también en Alemania hay jóvenes que buscan una nueva relación con la eucaristía y que desean un momento de silencio y adoración con el objecto de tener una nueva relación personal con Jesús.

Tenemos que ofrecer estas oportunidades a los jóvenes, para que crezcan. Pero también momentos de silencio delante del Cristo eucarístico. Estas experiancias son muy útiles, más que en el pasado. La teología presenta algunas dificultades para la fe: hay muchos teólogos y diversidades en el pensamiento. Pero encontrar un gran teólogo y un hombre de la Iglesia y estudiar esta teología, como la del Papa Benedicto o de teólogos similares, puede ayudar mucho a un joven. Teología y espiritualidad, teología e Iglesia: cuando todas estas cosas están juntas, ayudan mucho.

Cuando era joven, tuve la posibilidad de formar parte de este Círculo de estudiantes que hicieron investigaciones teológicas; allí nacieron también nuevas amistades. Ahora tengo una nueva familia “religiosa”. Pero estas dos partes de mi vida nunca han sido opuestas, y eso me ayudó durante mi vida. Una de las gracias más grandes que recibí en mi vida fue encontrar a Ratzinger en una manera tan original.

Acabamos con un recuerdo de su amistad con el Prof. Ratzinger...

Compartimos conversaciones de amistad, siempre le interesó mi vida y las actividades del Schülerkreis...me acuerdo que cuando era su asistente me dedicaba también a cuidar los estudiantes extranjeros, que llegaban a veces desde otro continente, como él quería. A Ratzinger le importaba de los medios financieros para ayudar a estos estudiantes. Una vez pasó que un estudiante no quería aceptar su ayuda y Ratzinger le dijo: “Los que no quieren aceptar, no tienen que dar”. Los que no son tan humildes que aceptan algo de otra persona, no pueden dar nada a los otros. Si yo estoy listo y humilde para recibir un dono, puedo también dar algo. El estudiante que me contó este episodio, nunca podrá olvidarlo.

Luca Caruso

Hemos Recibido...

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- Pablo Blanco Sarto, Teología, Vaticano II y Evangelización según Joseph Ratzinger/ Benedicto XVI, Eunsa/Astrolabio, Pamplona 2013, pp. 236, 19,00 euros.

- Lorenzo Fazzini, Nuovi cristiani d’Europa. Dieci storie di conversione tra fede e ragione, Lindau, Torino 2009, pp. 216, 16,00 euros.

- Gianni Cervellera, Cristianesimo, scuola di felicità. La gioia nel pensiero di Papa Ratzinger, Gruppo Editoriale Viator, Milano 2013, pp. 324, 18,00 euros.

- Benedicto XVI, ¡Abrid las puertas a Cristo!Meditaciones sobre Juan Pablo II, (editado por padre Edmondo Caruana), Libreria Editrice Vaticana-Romana Editorial, Città del Vaticano-Madrid 2014, pp. 112, 10,00 euros.

- Pedro Fernández Rodríguez, O.P., La sagrada liturgia en la escuela de Benedicto XVI, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 2014, pp. 408, 20,00 euros.

- Martin Rhonheimer, en: Riscoprire il Vaticano II per compiere oggi la missione di Cristo, Eupress FTL, Lugano 2014, pp. 120, 11,00 euros.

- Stefano Violi, La rinuncia di Benedetto XVI. Tra diritto, storia e coscienza, en: Rivista Teologica di Lugano, n. 2, Junio 2013, pp. 203-214.

- Rudy Albino de Assunção, “In Lumen Veritatis”, O pensamento de Joseph Ratzinger, Vol. 6  n. 24 Julho a Settembro 2013, São Paulo, Brasil.

- Claudio Bertero, Persona e comunione – La prospettiva di Joseph Ratzinger, Lateran University Press, Città del Vaticano 2014, 28,00 euros.

- Kurt card. Koch, Il vincolo tra amore e ragione – Sull’eredità teologica di Benedetto XVI, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 2015, pp. 232, 16,00 euros.

- Joseph Ratzinger – Benedikt XVI, Aus Meinem Leben, Deutsche Verlags-Anstalt, München 2015, pp. 192, 18,50 euros.

- Joseph Ratzinger, Pentlinger Predigten, Schnell und Steiner 2015, pp. 80.

- María Esther Gómez de Pedro, Auftrag und Risiko – Zum Freiheitsbegriff im Denken von Joseph Ratzinger, Schnell und Steiner 2015, pp. 108.